El informe "El futuro del trabajo" del Foro Económico Mundial (2020) identificó a la CREATIVIDAD como una de las 10 habilidades principales necesarias para el éxito en el siglo XXI
En este contexto, el pensamiento divergente y convergente son dos etapas claves en el proceso creativo, cada una desempeña un papel único en la generación y refinamiento de ideas. El concepto, desarrollado por Joy Paul Guilford, proporciona un marco claro para entender cómo la creatividad puede ser cultivada y aprovechada en diversas áreas de la vida.
El pensamiento divergente
se refiere a la capacidad de generar una amplia gama de ideas sin restricciones, explorando diferentes perspectivas y enfoques. Es un proceso liberador que fomenta la imaginación y la originalidad, permitiendo la creación de ideas innovadoras.
El pensamiento convergente
es la habilidad de evaluar, analizar y seleccionar las mejores ideas generadas en la fase divergente, para luego enfocarlas y convertirlas en soluciones viables. Es un proceso más estructurado y enfocado, donde se toman decisiones para llevar las ideas a la acción.
Aquí hay algunas herramientas y consejos que puedes aplicar:
- Para el pensamiento divergente, práctica la lluvia de ideas sin censura y explora diferentes perspectivas sin preocuparte por la viabilidad inicial de las ideas.
- Para el pensamiento convergente, establece criterios claros para evaluar y seleccionar las ideas más prometedoras, y tómate el tiempo necesario para tomar decisiones informadas.
- Equilibra el pensamiento divergente y convergente en un proceso iterativo, utilizando el primero para generar una amplia gama de ideas y el segundo para refinar y desarrollar las mejores soluciones.
Al comprender y aplicar este proceso de pensamiento, puedes desbloquear tu creatividad y encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que enfrentas en tu vida personal y profesional.
¡Atrévete a pensar de manera diferente y descubre todo el potencial que tienes dentro!